9 es porque el Señor sabe librar de las pruebas a los piadosos y
guardar a los impíos para castigarles en el día del Juicio,
10 sobre todo a los que andan tras la carne con apetencias impuras y
desprecian al Señorío. Atrevidos y arrogantes, no temen insultar a las
Glorias,
11 cuando los Ángeles, que son superiores en fuerza y en poder, no
pronuncian juicio injurioso contra ellas en presencia del Señor.
12 Pero éstos, como animales irracionales, destinados por naturaleza a
ser cazados y muertos, que injurian lo que ignoran, con muerte de animales
morirán,
13 sufriendo daño en pago del daño que hicieron. Tienen por felicidad
el placer de un día; hombres manchados e infames, que se entregan de lleno
a los placeres mientras banquetean con vosotros.
14 Tienen los ojos llenos de adulterio, que no se sacian de pecado,
seducen a las almas débiles, tienen el corazón ejercitado en la
codicia,
¡hijos de maldición!
15 Abandonando el camino recto, se desviaron y siguieron el camino
de Balaam, hijo de Bosor, que amó un salario de iniquidad,
16 pero fue reprendido por su mala acción. Un mudo jumento,
hablando con voz humana, impidió la insensatez del profeta.
17 Estos son fuentes secas y nubes llevadas por el huracán, a quienes
está reservada la oscuridad de las tinieblas.